El segundo día en Irlanda cruzamos de la costa Este (donde está Dublín) hacia la costa Oeste en solo tres horas! Durante el trayecto paramos en distintos sitios. Uno de ellos fue un pueblo pesquero, después llegamos a los "mini cliffs" y antes de llegar a la parada principal del viaje, nos detuvimos a comer. Comimos en un restaurante típico irlandés en donde conocimos al chef y por fin disfrutamos de una comida realmente irlandesa. Su especialidad es el "sea chowder" (sopa de mariscos), "mashed potatoes and gravy" (puré de papa con una salsita) y su "apple cruble" (postre de manzana parecido al pay). TODO estaba delicioso.
Finalmente llegamos a los Cliffs of Moher y fue una experiencia inolvidable. La vista era impresionante, el contraste de los colores es algo que ni las fotografías no pueden expresar. Podría haberme quedado contemplado ese paisaje por horas y horas. La carretera que va de Dublín hacia la costa oeste es preciosa, muy angosta (que miedo) pero los paisajes son inigualables.
Definitivamente un día para recordar. 😉
